Me estoy perdiendo en todo lo que tengo que hacer

Guía para mujeres que sostienen, cumplen y resuelven… pero sienten que ya no están presentes.

hero block img

No sabes en qué momento pasó.

Solo sabes que un día dejaste de sentirte tú.


No es que estés mal.

No es que no puedas.

Es que lo haces todo… y te estás quedando sin espacio para ti.


Lo llaman productividad.

Tú sabes que es autoabandono elegante.


Cuando todo depende de ti… ¿quién cuida de ti?

Vas en automático.

Cuentas los pendientes.

Respondes por otros.

Cumples lo que dijiste.

Y cada vez que intentas hacer una pausa…

sientes culpa.


Y sí, puede que estés logrando mucho.

Pero ¿a qué costo?


Hay una frase que repites en silencio:


“Estoy haciendo todo lo que tengo que hacer…

pero siento que me estoy perdiendo en el camino.”


Eso no es flojera.

Eso es tu alma pidiéndote presencia.

Y ya no se calla.


Señales de que te estás perdiendo de ti misma:


Ya no sabes qué te gusta… solo sabes lo que debes hacer


Te sientes vacía incluso cuando todo está “resuelto”


Todo lo que haces es por alguien más, no por ti


Sientes que no puedes parar porque todo se derrumbaría


No recuerdas cuándo fue la última vez que pensaste en ti sin interrupciones


La trampa de la mujer eficiente


Eres capaz.

Eres fuerte.

Y esa fuerza la usaste para sostenerlo todo.

Pero te olvidaste de ti.


Y ahora, hasta tu cuerpo te lo está recordando:

agotamiento emocional, estrés silencioso, sensación de desconexión.


No estás rota.

Estás ignorándote.


Qué puedes hacer ahora?


1. Corta el piloto automático

Ponle pausa a una sola cosa hoy.


Algo pequeño, pero que te devuelva presencia:

caminar sin el celular, no contestar de inmediato,

prepararte un café sin prisa.


2. Escríbelo

No necesitas explicarlo con palabras perfectas.


Solo siéntate y escribe:

“Hoy me siento…”

y deja que salga.


3. Haz algo por ti (aunque no tenga “utilidad”)


Algo que no genere dinero, que no resuelva nada, que solo te haga bien.

Eso también es avanzar.


**Y sobre todo:

reconócete.**


Porque lo que estás sintiendo no es debilidad.

Es un grito interno que dice:

no me quiero seguir perdiendo.


Y si te lo dices hoy…

es que todavía estás a tiempo.


No viniste a cumplir tareas.

Viniste a vivir.

Y para eso, primero tienes que recuperarte a ti.


Este es tu recordatorio.

No te pierdas de nuevo.

No por nadie.

No por nada.


Si este texto te movió, guárdalo.

Vuelve cuando lo necesites.

MAP no es para que hagas más…

es para que empieces por ti.

Made with Beacons